lunes, 24 de mayo de 2010

Caín y Abel


Supongo que todos habréis visto esa imágen tan impactante de la tierra de noche vista desde el espacio, donde se ve perfectamente los lugares mas poblados de nuestro planeta... A veces no reparamos en las cosas y damos por hecho la extrañeza de una realidad actual impactante, nueva y asombrosa como si tal cosa. El boom del crecimiento de la población y la concentración en ciudades (si es que se pueden llamar así, pensaría Platón) es un fenómeno que no deja de ronronearme en la cabeza...

Como historiador centramos el comienzo de la creación de "la ciudad" en ese momento que llamamos Revolución Neolítica hace 10.000 a 15.000 años en cifras abiertas, momento en el que hombre descubre el secreto de la domesticación de los animales y del cultivo de las gramíneas en los prósperos valles regados por ríos como el Nilo, el Indo, el Ganges o el Tigris y Eúfrates... Bruce Chatwin nos regala en su libro "Los trazos de la canción" unas referencias cruzadas sobre todo esto que invitan a reflexionar...

Escribe Chatwin:   [...] Sin embargo nómadas y agricultores son los brazos gemelos de esa Revolución del Neolítico. Sobre las laderas  de la Media Luna Fértil, la bien irrigada "tierra de colinas y valles" que se extiende formando un arco desde Palestina hasta el suroeste de Irán. Allí, a alturas de unos mil metros, los antepasados salvajes de nuestras ovejas y cabras ramoneaban sobre campos de trigo y cebada silvestres.

Gradualmente, a medida que se domesticaba cada una de estas cuatro especies, los granjeros se fueron diseminando hacia abajo, hasta las llanuras aluviales, donde se levantarían las primeras ciudades. Los pastores, por su parte, enderezaron hacia las tierras altas estivales y fundaron su propia orden rival.

[El amorita que no conoce el grano... Un pueblo cuya embestida es como el huracán... Un pueblo que nunca ha conocido una ciudad...       TEXTO SUMERIO]

Un texto del Midras, que comenta la riña, dice que los hijos de Adán heredaron una división equitativa del mundo: Caín la propiedad de toda la tierra, Abel la de todas las criaturas vivas... después de lo cual Caín acusó a Abel de intromisión ilícita.

Caín era un agricultor sedentario. Abel era un pastor de ovejas. Sin embargo a Caín que habría de construir la primera ciudad, le fue prometida la hegemonía sobre su hermano.

Los nombres de los hermanos forman una pareja igualada de opuestos. Abel proviene del hebreo hebel, que significa ´aliento´ o ´vapor: todo lo que vive y se mueve y es perecedero, incluida su  propia vida. La raíz de Caín parece ser el verbo hanah: ´adquirir´, ´obtener´, ´tener prioridad´, y por lo tanto ´gobernar´ o ´subyugar´.

Caín también significa ´forjador de metal´. Y puesto que, en varios idiomas -incluido el Chino-, las palabras que designan la violencia y la subyugación están asociadas al descubrimiento del metal, quizá Caín y sus descendientes están predestinados a practicar la magia negra de la tecnología... [...]

Creo que he leido estos textos mas de una decena de veces... No dejan de impactarme... ¿Como no va a haber en los textos antiguos, oscuros por el paso del tiempo, que borra los códigos que nos hacen comprensibles las cosas, referencias claras a las dualidades primitivas y a la importancia de la tecnología aplicada a la dominación y a la superioridad? ¿Veía claro ese Dios primitivo la revolución del neolítico, tan claro que reconoce el abandono del caminar por esta tierra como salvajes, transformándonos en campesinos y ganaderos y reconocer como clara, evidente, fatal... la superioridad del sedentarismo al nomadismo?...

Sigo perplejo...

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